El país de nunca jamás Pastelería profesional

Como siempre le gustaron los animales también, decidió estudiar veterinaria, pero por motivos personales tuvo que volverse a los dos años a trelew. “En aquel entonces, por el año 2000, empezamos a priorizar la necesidad del momento, no teníamos trabajo. Vimos que el municipio dio un taller para  jóvenes emprendedores, que era una capacitación que duraba tres meses, en la que presentabas tu proyecto y al ganador le daban  el premio para poder concretarlo” recuerda.

Loli junto a su mamá, tenía la idea de poner una cafetería en aquel momento. Quedaron seleccionadas entre algunos de los ganadores, y con el dinero que les dieron compraron un horno pizzero. Así, empezaron a hacer desayunos para vender, lo que en aquella época era todo una novedad. “Mi mamá salía a levantar pedios y hacíamos tartas para los fines de semana. También hacíamos cajas especiales para navidad, por ejemplo. Todo entre nosotras. Fue súper novedoso en aquella época, pero no podíamos vivir de eso. Además, no existían las redes, y el boca a boca era súper lento”.

Como de eso no podían vivir, en un momento, comenzaron a salir a buscar trabajo. Y todo esto quedó dejado de lado. “Pero siempre estaba presente ese gusto por la cocina. Por ejemplo, para el día del amigo yo solía hacer galletitas y les regalaba a mis amigos, o ayudaba a mis amigas con sus cumpleaños”.

En el año 2004 comenzó a hacer modelado de porcelana fría. Tenía su trabajo, y esto comenzó como un hobby, gracias a su gusto por los souvenir y adornos para tortas. Al poco tiempo, la gente comenzó a pedirle adornos para tortas y así también comenzó a cocinar, aunque siempre, “por gusto” y no como oficio.

Con la llegada de Facebook, aprovechó para abrir su página y poder plasmar y mostrar las cosas que hacía. Aun sin pensar en transformarlo en un emprendimiento.

Obviamente, la gente comenzó a pedir sus productos para encargar y comprar y eso la llevó a incursionar en la pastelería. “Arranqué de a poco, haciendo propuestas para el día del padre, o navidad, y fue un boom. Me anoté en la carrera de pastelería, para poder perfeccionarme y aprender de esto que tanto me gustaba. Porque hasta ese momento todo lo que sabía era de ver y no de estudiar. Recuerdo que salía de las clases feliz, me apasionaba y lo disfrutaba mucho”.

El gran éxito de El Pais de Nunca Jamas llegó en pandemia. Loli preparaba los box para los fines de semana. Al tiempo, también, la gente comenzó a festejar igual, a pesar del encierro. “Armaba propuestas chicas, para los festejos familiares. Y eso me llevó a crecer mucho, a tal punto que hoy me dedico 100% a esto. Siempre hay algún motivo para una celebración, no hay nada más lindo. Y el hecho de estar presente con lo que yo hago en cada uno de esos festejos a mí me llena. Y más cuando tenes la devolución de tus clientes.”

En EL PAIS DE NUNCA JAMAS, además de la pastelería, también realiza panificación, el modelado sigue estando presente. “Complementé todas la cosas, fui fusionando. El tema del arte del modelado con la pastelería. Voy complementando. Hoy en día hago todo lo que es mesa dulce, tortas, desayunos, alfajores, croissant, muchas cosas. Estoy abierta a lo que me encarguen. Es todo por pedido. Tengo una carta muy amplia. Me adapto al pedido del cliente. Yo sé hasta dónde puedo dar.”

Y concluye: “Este emprendimiento es mi cable a tierra. Todo lo que haga con las manos me sana el alma. Es mi mundo. Estoy ahí y me olvido de todo. Es algo que me apasiona. Y es todo lo que hay detrás de esto. Le pongo todo mi amor a esto”.

@el.paisdenuncajamas

Trelew- Chubut