Cerámica, arte y pasión

Julia es de San Isidro, Buenos Aires, pero hace ya 30 años que está radicada en el sur. Actualmente, vive en Playa Unión, lugar que ama, y en donde posee su taller de cerámica, en el cual dicta clases y en el que se pueden encontrar diferentes piezas regionales, o incluso confeccionadas personalizadas por encargue previo. Jula lleva una vida entera ligada al arte y las manualidades.

 “Hace 25 años que empecé a sociabilizarme con las ferias, primero haciendo caracoles, bijouterie, orfebrería y joyería”. Además, confiesa que siempre hizo y se encuentra incursionando, y haciendo cursos y seminarios de todo lo que a ella le gusta aprender.

Hace un tiempo, tuvo que viajar a Buenos Aires, y aprovechó el viaje para realizar un curso de cerámica. “Lo hice con la idea de aprender para mí, cómo juntar el barro, cómo hacer una olla. Así empecé a estudiar ´el arte del barro´, como lo llamo yo”.

Su conexión con la cerámica fue tan grande, que siguió estudiando y perfeccionándose, en la universidad de Maradiaga, incluso también hizo un seminario en Punta Indio, en donde recuerda “íbamos a un cañadón a juntar el barro. Terminábamos bañados en barro. Ahí aprendimos a hacer ollas, cuencos, y todo lo que se llama alfarería”.

Cuando regresó a Playa Unión, puso su propio taller, que lleva más de dos años y medio, y el cual se convirtió en un éxito, llegando a tener hasta 110 alumnas.

El boom de la cerámica en la zona es todo un éxito. Julia confiesa que “Acá las mujeres están todas enloquecidas con la cerámica.  Tengo un montón de alumnas. Las chicas dicen que esperan toda la semana el día de venir al taller a hacer cerámica.  Jamás soñé una cosa así, pero se dio, y me hace súper feliz”.

Julia agrega que lo más importante y gratificante para ella es poder transmitir lo que sabe y enseñar.   Además, asegura que la cerámica es muy terapéutica. “Desde el momento en el que vos te concentras a hacer una pieza, te olvidas de todo lo que gira alrededor tuyo. Le pasa a mis alumnas y a mí también, de ponerte a hacer cerámica y olvidarnos que el mundo existe”.

Cabe destacar que, para Julia, el barro tiene vida y sentimientos “Nos reímos mucho, porque acá vos descargas y a veces las piezas se rompen .Si venís con mala onda a trabajar, la pieza se va a romper, porque le transmitís esa mala onda al barro”.

“Este emprendimiento es un hijo más para mí. Soy apasionada del arte. Disfruto a full lo que hago y de poder transmitirle esto a la gente. Eso es lo que más me gusta” concluye.

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Ramón lista 157 – Playa Union

@Aquari_as